Hemofilia

La Hemofilia es un trastorno hemorrágico de origen genético ligado a la herencia de la madre ligada al cromosoma X.

Las personas con hemofilia no sangran más rápido de lo normal, pero pueden sangrar durante más tiempo. Su sangre no tiene suficiente factor de coagulación . El factor de coagulación es una proteína en la sangre que controla el sangrado.

La hemofilia es bastante rara. Aproximadamente 1 de cada 10,000 personas nacen con esta enfermedad.

La hemofilia A es casi cuatro veces más común que la hemofilia B y aproximadamente la mitad de las personas afectadas tienen la forma grave de la enfermedad. La hemofilia afecta a las personas de todos los grupos raciales y étnicos.

Tipos de hemofilia

El tipo más común de hemofilia se llama hemofilia A. Esto significa que la persona no tiene suficiente factor de coagulación VIII (factor ocho).

La hemofilia B es menos común. Una persona con hemofilia B no tiene suficiente factor IX (factor nueve). El resultado es el mismo para las personas con hemofilia A y B; es decir, sangran durante más tiempo de lo normal.

De acuerdo a que tan marcado es el déficit del factor VIII (Hemofilia A) Y factor IX (Hemofilia B), la hemofilia se puede clasificar en:

De acuerdo al porcentaje de actividad normal del factor el medico tratante establecerá la necesidad, frecuencia y dosis de factor a administrar para la suplencia.

Signos y Síntomas:

Los síntomas de la hemofilia:

El síntoma principal de la hemofilia es el sangrado incesante durante un plazo amplio de tiempo, pero en los casos más leves no se advierten signos de padecer la enfermedad hasta que el paciente se somete a una cirugía o sufre un traumatismo.

En los casos más graves se puede presentar sangrado sin ninguna causa aparente y, también, hemorragias internas, especialmente en las rodillas, los tobillos y los codos. En algunas ocasiones, este sangrado puede lesionar órganos o tejidos internos. 

Medidas generales y preventivas:

Esta patología no es prevenible ya que es hereditaria, sin embargo, hay varias pautas que puede ser de gran ayuda para el manejo:

  • Es importante que el paciente reconozca la sensación que le genera un sangrado, Los pacientes suelen reconocer los primeros síntomas de las hemorragias, incluso antes de que se manifiesten los signos físicos; con frecuencia tienen una sensación de cosquilleo o “aura”.

  • Es muy importante que ante síntomas como el dolor y/o la inflamación el paciente no se automedique, muchos medicamentos del mercado pueden favorecer el sangrado.

  • Es importante que se tenga claro que un paciente con este diagnostico puede llevar una vida normal, trabajar, estudiar, hacer ejercicio, la práctica de deportes que no impliquen impactos fuertes.

  • Es importante adoptar hábitos de vida saludable, una dieta sana y balanceada, evitara el sobrepeso que puede favorecer los sangrados, el dolor y/o la inflamación.

  • Informar oportunamente al personal asistencial y al medico tratante cuando se tengan procedimientos odontológicos o cirugías pendientes para poder establecer el tratamiento adecuado.

BIBLIOGRAFIA:

1. https://www.wfh.org/es/acerca-de/trastornos-de-la-coagulacion